lunes, 20 de abril de 2009

Crisis de alimentos



El mundo atraviesa una gravísima crisis alimentaria. El aumento desmedido del precio del petróleo elevó los costos mundiales de:

  • Transportes.
  • Fertilizantes.
  • Refrigeración.

Dichos aumentos repercuten finalmente en el precio de los granos como el arroz, la soja, el maíz y otros alimentos. La crisis financiera global le robó protagonismo en los medios a la desesperante crisis de alimentos, y actualmente la mayoría de los mandatarios del mundo se preocupan por salvar a las principales entidades financieras del planeta, que además son culpables por la situación financiera actual.

Los más perjudicados son los países de América Latina, donde se encuentran las sociedades con mayor desigualdad en los ingresos (medida según el coeficiente de Gini), y África, donde la pobreza castiga como en ninguna otra parte del globo. Ambos continentes sufren en su economía la inflación que provoca la cadena de aumentos en los precios de alimentos básicos junto con la caída en los salarios y el desempleo de los trabajadores.

A pesar de los congresos que realiza la Organización de las Naciones Unidas (ONU), o de las medidas que recomiendan desde el Fondo Monetario Internacional (FMI) y desde la Organización Mundial del Comercio; a pesar, también, de que Barack Obama, presidente de Estados Unidos, declare que va a transferir los millones necesarios para paliar la crisis de alimentos, y de las promesas de ayudas hacia los países pobres por parte de la Unión Europea, es sabido que las potencias del grupo de los 8 grandes (G8) transfieren cada vez menos recursos a los países subdesarrollados.

  • En casi 40 países pobres de todo el mundo se produjeron protestas, algunas de ellas muy violentas, por el aumento de los comestibles esenciales. El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, anticipó que si no se toman medidas urgentes la “explosión social” como consecuencia del hambre y la pobreza en América Central y el Caribe va a ser inevitable.
  • En Argentina, los ciudadanos que van al supermercado pueden notar que los alimentos están mucho más caros a medida que pasan los meses, por ese motivo los sueldos cada vez rinden menos. Los salarios de los trabajadores aumentaron, es cierto, pero no tanto como deberían si son comparados con los índices de inflación. En resúmen, a millones de argentinos como a tantos otros pobres del resto del mundo, no les alcanza el dinero para pagar sus alimentos.

César Fiscina

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