lunes, 20 de abril de 2009

A 44 años de la muerte de Alfredo Palacios


“¡Manos a la obra, señores diputados! ¡Acordémonos de quien dijo con gran verdad que la actitud pasiva es suicida, que la lógica de la ciencia es acción, y que sólo los cerebros y las manos ocupadas son capaces de atenuar los males que afligen al mundo!”



Quién dijo estas palabras fue Alfredo Palacios, el primer diputado socialista electo en toda América. Sus ideas que comenzaban a difundirse en nuestro país, lo llevaron a que en 1904, se postule por el barrio de La Boca y salga electo como el primer diputado socialista. "La Boca ya tiene dientes", dijo el gran dramaturgo Florencio Sánchez de esa proeza.

Nacido en Buenos Aires el 10 de agosto de 1880 fue a través de los Evangelios que le leía su madre en donde escucho por primera vez palabras como igualdad, justicia, oprimidos y liberación. Consolidó sus ideas en su época de estudiante de derecho, donde decidió que su título estaría al servicio de los nadies, los humillados y desprotegidos de la sociedad colocando en la puerta de su casa una famosa placa: “Dr. Alfredo Palacios, Abogado. Atiende gratis a los pobres”.
Su incorporación en el naciente Partido Socialista logró que llevara por primera vez sus ideas a un Parlamento del continente. Desde la soledad de su banca presentó decenas de proyectos en defensa de los trabajadores y los derechos de las mujeres y los niños, y en entre otras cosas, en 1907 logró aprobar la Ley de descanso dominical.

Fue uno de los más notables impulsores de la Reforma Universitaria y de la defensa de la autodeterminación de los pueblos latinoamericanos. Participó activamente de la llamada Revolución Libertadora de la que fue embajador en Uruguay, pero se opuso públicamente a los fusilamientos ordenados por Aramburu y Rojas, y a pesar de su férrea lucha contra el peronismo, como abogado defendió a presos políticos como Miguel Unamuno.
Por otro lado, apoyó la Revolución Cubana y el 5 de febrero de 1961 fue electo senador por la capital por el Partido Socialista Argentino. Su primer acto como tal fue visitar a los presos políticos y gremiales y el 20 de mayo de 1961, revólver en mano, secuestró una picana eléctrica usada por la policía de San Martín.
En abril de 63, fue elegido diputado nacional por el PSA. Y se dirigió al presidente Illia pidiéndole que en la reunión de cancilleres de la OEA la Argentina no vote sanciones contra Cuba, defendiendo el principio de autodeterminación de los pueblos y la no intervención.


El 20 de abril de 1965, día de su muerte, miles de jóvenes llevaron en andas su féretro. El socialismo fue su marca política pero el humanismo la verdadera esencia de sus prédicas.


Belén Bordón

1 comentario:

  1. Gracias genia por arreglar mi nota!

    te cuento que mi hermano está en un partido en Olavarria que sigue los lineamientos de Alfredo Palacios...

    nos vemos!

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